
Siempre fui generosa con lo mío, con mi carne y mis fluidos (todos ellos, más limpios, más turbios) y lo mismo que saboreo me dejo saborear. He llegado aquí queriendo devorar algún cerebro que se preste y ofrezco a cambio un ejército de palabras obscenas, o mediocres, o brillantes, o estúpidas, o puras, o inocentes, o salvajes, o indiferentes, o indispensables... todas ellas hambrientas que buscan también ser devoradas.
Una orgía caníbal de depravación literaria.
Bienvenidos a la boca de la loba, con voraz apetito,
Deborah Dora.
2 comentarios:
Pues eso, bon appetit!!! aquí tienes un cerebro que gustoso se pone a tu disposición y a la de tus palabras. Que de comienzo el festín!
Lucas
Gracias por la bienvenida. Se ve interesante. Ojalá siga así y postee seguido señorita sobre
las aventuras de su apetito. Un gusto.
Feder