Si tú me dices "ven"... lo mojo todo.

Mi Placer venció la guerra contra el clítoris cuando dio de lleno, sin saber siquiera de su existencia, con esa toma eléctrica que un especialista en coños como lo fue Gräfenberg bautizó con su inicial. No creo que sea un indispensable si una ya se sirve del micropene a la vista que a tantas enloquece, aunque tampoco entiendo tanta dificultad para dar con él. Hay quienes dicen que algunas no lo tienen, aunque las teorías más sensatas defienden que su sensibilidad depende del tejido interno del coño de cada cual, que además está sujeto a los cambios de la edad y en la treintena está su reino.

Me da lo mismo.

Yo lo tengo.

Lo que yo tengo es un tumor arrugado pegado por dentro a la parte trasera de lo que tú ves que es el clítoris. Es un tumor tipo alien, que agrede y babea a la mínina provocación. Es fácil de reconocer porque un sólo roce hace que se hinche; es ese momento en que sientes que te atrapo, que te muerdo, que te abrazo.

El tumor se hincha y su rugosidad florece pétrea, como venas de acero de un jabalí borracho de furia. Entonces es cuando me corro, y cuando puedo eyacular. Unos dicen que me meo.

Me da lo mismo.

Yo lo tengo.

Y es tan fácil como que me penetres con uno, dos, tres dedos (la mesura nunca fue lo mío) y hagas ese gesto que te ilustra la Imposible de la foto, ese gestito de inducción a la Demencia. Dirán que estoy loca.

Me da lo mismo.

Porque yo lo tengo.

Lo tengo y un amante experto y tan grotesco que me producía de igual manera el reflejo de vómito que la locura orgásmica, quiso enseñarme ya de adolescente más crecida que pequeña, la manera en que un compañero sexual puede ofrecer a una mujer una corrida a la salsa G más generosa y voluptuosa que la caricia autosatisfactoria que ella misma puede procurarse.

Nunca más lo probé después de que el reflejo de vómito fuera superior al de locura orgásmica. Bastante me cuesta recordarte cada noche que si tú me dices ven...

Ummm, pero mi lector me lee, y mi lector tiene mano, y su mano es intrépida, y la aventura llama al coño. Te animo, entonces, a que la incites a irse contigo, y en el mismo momento y con la otra mano, aprietes su pubis con firmeza con la palma de la mano de modo en que entre tu dedo cubierto por el cuerpo de tu hembra y tu mano que apisona quede la carne de su monte de Venus dispuesta a ser regada.

Suerte, y bebe un trago a mi salud.

De cualquier forma, a mí me da lo mismo.

Ya sabes que lo tengo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Luisitox dice: VEN!!!

Mofeta dijo...

depende del tejido interno? es decir unas muejeres se exitan mas que otras solo por cuestion de tejidos?

creo que todo es mental, algunas tenemos barreras nos encerramos dentro de sí y por eso sentimos menos (o al menos eso queremos pensar)

Cesar dijo...

yo no sé si será el tejido interno o qué pero no todas lo tienen o, al menos, no todas chorrean como el Jet d'eau cuando las acarician ahí! Supongo que debe ser lo mismo que sucede con el clítoris, que aunque todas lo tienen, no todas se llegan a correr a través de su estimulación!

sí sí...ya lo sé! A ti te da lo mismo...tú lo tienes!

Feder dijo...

También tiene que ver con que tan fuerte tienen los músculos de la vagina. Intenta apretando y apretando, poco a poco se irán fortaleciendo. Te será más fácil alcanzar multi orgasmos. ;) haz la prueba :P

Deborah Dora dijo...

Tiene razón Feder... otro día hablamos de la función de las bolitas chinas !!

evangelion dijo...

Estas como una puta cabra, aajajaajaja.