El gran masturbador. (¿Y tú quién eres?)


Esta obra es un autorretrado de naturaleza sexual que pintó Dalí desde su surrealismo siempre tan psicoanalista. Casi siempre en el mundo de lo onírico, puso trazo y color a todo lo que Freud puso palabras. No voy a entrar en detalles sobre el simbolismo que implican todos sus elementos y el por qué de ello; todo lo podéis encontrar en cualquier libro o página sobre él o puede que en la Wikipedia. Una vez que lo leáis, si es que os interesa, podréis entender que Dalí comprendió y manifestó exactamente la naturaleza de lo masturbatorio, que siempre implica temores y deseos.

Somos lo que nos masturbamos. Su frecuencia o infrecuencia, su método y su contenido. Hablo también de masturbación mental sin que entre en juego la mano ansiosa frotando pollas o hendiduras.

Lamentablemente, muy pocas personas tienen la libertad interior (que es la única que importa en este caso) de manifestar en sexo compartido todos sus anhelos, y muchas veces, ni siquiera la libertad interior como para asumir en su intimidad ciertas apetencias desde el plano de lo consciente. Es entonces cuando aparecen los temores manifiestos como mecanismos de defensa que tapan un deseo erótico inaceptable para la moral personal, o Superego. Y es que muchas veces, lo que más tememos es lo que más nos seduce.

Imaginemos la fantasía de violación como la más común de las mujeres. Los morbos que desarrollamos desde un supuesto plano asexual con ciertas escenas de violencia o incesto en las películas, en las noticias de las tres o en los testimonios desgarradores en programas de actualidad que suben la audiencia como mi saliva tu polla. En cómo nos gusta saber de las depravaciones "qué fuerte" de los demás.

¿No lo crees?

Más sencillo. Parece ser que las personas con vértigo tienen miedo a las alturas porque temen a sus ansias internas, a su pulsión, de querer lanzarse al vacío.

Es difícil que esas sensaciones se nos presenten como deseos tal cual. No somos libres casi nadie casi nunca. Pero nuestra mayor libertad la tenemos al masturbarnos, seamos conscientes o no.

Yo soy la que se masturba. La que se mete los dedos haciéndose daño imaginando que mi hombre abusa de mí. Y también la que se excita en sueños, y tiene la suerte de recordarlo, con escenas tan inaceptables como que soy una niña y mi madre me enjabona el coño en la bañera y luego me seca frotándome fuerte la toalla y me pone unas bragas negras de encaje, nada más que eso, para ir a comer con los profesores de mi colegio. Soy mis masturbaciones.

Y sí que a veces sigo sorprendiéndome de mi misma intriga inconsciente, pero sé quien soy.

¿Y tú?

3 comentarios:

Feder dijo...

Yo?? Nada de dolor ni sufrimiento. Sólo recuerdo cuando 2 amiguitas me felaban. Que rrrrrrrrrrico recuerdo.

Julio Rocco dijo...

Hostia...ahora te tengo que llamar...Deborah?¿?¿?¿
Ya estás en mi blog.
A ver esa cita pendiente "Deborah"...por cierto adoro DALÍ.
un beso...donde quieras.

Anónimo dijo...

Existe en estos momentos una gran turbulencia dentro del Partido Movimiento Libertario no solo por los ya existentes cuestionamientos economicos sino tambien porque se ha manejado mucha informacion sobre el Bisexualismo de su Excandidato a la Presidencia Otto Guevara. Su Novia o Esposa? ha sido contactada y sus respuestas han sido ambiguas, no lo confirma pero tampoco lo niega, mas bien dice que no quiere referirse a ese tema.Que oculta Otto Guevara??????